viernes, 21 de junio de 2013

Ella, ella todo es ella.

La lluvia cae lentamente sobre su piel, empapa su cabello y la despeina, sus mejillas se ven ruborizadas por el frío, sus ojos cafés denotan alegría y confianza, sus labios tenuemente rosas esconden la sonrisa más hermosa que puede existir.
Ella habla y al hablar sus palabras son una dulce melodía para mis oídos, ella ríe y su risa es el más hermoso canto que puede existir.
Ella me observa y tal pareciera que su mirada se adentra en mi alma y llega a mi corazón.

Ella, ella todo es ella.





Caminamos bajo una tenue lluvia, a ella parece no preocuparle nada, a mi me preocupa todo. Mientras camina su mano izquierda tiembla un poco de frió y yo cobardemente sueño con algún día poderla tomar.

La observo, miro sus ojos, sus hermosas pestañas, su largo cabello, su lunar en la comisura de su labio, su perfecta y armoniosa sonrisa, la miró y esperó que no se percaté de que cada instante que la observo guardo en mi memoria su hilarante perfección.
Nos sentamos y hablamos de todo y de nada. Yo habló de nada , ella de todo. Ahora en este preciso momento ella lo es todo y no quiero hablar de eso.

Una gota cae sobre su mejilla y ella sonríe, si supiera que cada vez que sonríe se roba una parte de mi corazón, una parte de mi ser una parte de todo.

Cualquier lugar se llena de luz con su presencia, irónicamente hasta un cementerio.

Caminamos y mi alma no se encontenta con dejar que se vaya sin haber paso todo el tiempo posible con ella.




Suspiramos, yo por la emoción de estar a su lado, ella quizás por el sueño.

Y así transcurren los minutos y cada vez se acerca más la despedida .

Lentamente caminamos a su pórtico, llegamos, la abrazo y le digo gracias por todo, ella entra y se lleva todas las palabras que no le dije. Yo me voy levemente feliz. Y le escribo " Hoy fue perfecto " me alejó con la idea de que dije todo y a la vez nada, me alejó con la idea de que entienda de que aún a media luz en la cineteca ella se ve hermosa.